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13/09/2013

Muchas veces el diseño de la botella de vino es decisivo

Siempre rodeada de viñedos y con una familia entregada a la hostelería, Marta Lojo pronto sintió que esa era también su vida y que quería dedicarse a ello. De pequeña, Marta enviaba cartas a las bodegas pidiendo que le mandaran etiquetas de sus botellas para su colección, que aun guarda con cariño. Su trabajo de fin de carrera consistió en hacer críticas de vinos.  Y aunque nunca se imaginó ser diseñadora de etiquetas y botellas de vino, ya puede presumir de haber ganado varios premios por su trabajo. Entre ellos, el de Los Ángeles wine & Spirits Awards 2010. Todo un reconocimiento internacional a 10 años de esfuerzo y buen gusto para su empresa Wine Design Studio.

La clave en el diseño de estos productos está, según Marta, en “estudiar el público objetivo, cumplir la intención del bodeguero y comprender la filosofía de la marca”. En unos casos, los clientes quieren mantener el nombre y buscan transmitir seriedad y tradición. En otros, la imagen se asocia al prestigio y quieren sobriedad y que prevalezca el nombre del enólogo y la calidad del vino. Las bodegas cambian su imagen cada dos o tres años aproximadamente y Wine Design Studio trabaja para rediseñar la etiqueta, el corcho, la botella y hasta el nombre de la marca sin perder la autenticidad del producto. “En el corcho de Martín Lodax hicimos una alusión a la música que aparece en la etiqueta dibujando notas musicales”, dice su precursora con un fuerte sentimiento de responsabilidad con su trabajo,  ya que considera que, en la mayoría de los casos, el diseño es decisivo en la compra de un vino

Las tendencias en el vino funcionan como en cualquier otro sector pero en éste no se puede olvidar lo fundamental: la filosofía de la bodega. “El que quiere innovar utiliza envases especiales y botellas con formas atípicas pero hay que tener en cuenta quién es el cliente final”, explica la experta cuidando cada palabra como lo hace con sus diseños.  “Ahora el cliente ahora está muy sensibilizado con el medio ambiente y las marcas están reduciendo el gramaje del cristal”, añade.

En Wine Design Studio trabajan con multitud de clientes dispersos en nueve países. Por ello, Marta debe conocer los códigos culturales de cada uno para no cometer ningún fallo:  “el consumidor americano prefiere el vino blanco en una botella transparente, al ruso le gusta que el diseño brille, tenga un acabado sofisticado y aparente lujo y en China es inconcebible una etiqueta blanca porque ese color lo interpretan como luto”.  En ocasiones, en el extranjero piden que se refleje en la botella de vino el país de origen de la producción. Marta ha sido encargada de trasladar la imagen de España en dos ocasiones. “Diseñé la etiqueta para la Vuelta Ciclista a España de 2011 y para la bodega ‘Paco & Lola’, en la que hice alusión a  Miró y a los lunares”, explica una orgullosa experta en este sector.

Marta no deja que su cabeza pare un segundo. Continuamente está buscando y mirando imágenes en Internet y en revistas que le puedan inspirar. Estos días tiene entre manos un encargo de 15 marcas que van destinadas a diferentes países y en marzo pretenden tenerlo terminado. “El mundo del vino es especial, me encanta y no lo cambiaría por nada. Cada vez que me levanto doy gracias por la suerte que tengo de poder dedicarme a lo que me gusta. Es como si me hubiera tocado la lotería”, asegura una apasionada de este mundo que palpó desde pequeña y que ahora le aporta tanta felicidad.



Web: http://bywomen.wordpress.com/2013/09/30/muchas-veces-el-diseno-de-la-botella-de-vino-es-decisivo/